El día a día de las empresas va deprisa, tratando de sacar adelante el negocio y cuesta pararse a pensar. ¿Realmente sé cómo va el negocio? A poco que profundicemos en las preguntas, las respuestas van dejando entrever que seguramente avanzamos más por intuición y por sensaciones subjetivas que por lo que los datos nos dicen. Hacer esto en tiempos de incertidumbre, globalización y alta competencia puede ser poco recomendable.